jueves, 27 de diciembre de 2018

Entrevista a un dels nostres catequistes

Avui, en aquest periode de Nadal, us portem una entrevista a un dels nostres catequistes més joves. Gràcies, Gonzalo!


Gonzalo Plaza Arriola

Nací en Barcelona el 8 de marzo de 2002, donde viví hasta los cuatro años. En ese año nos
mudamos a Sant Sadurni d'Anoia, pueblo conocido por la elaboración del cava, y donde vivo
actualmente y estudio. Curso 1ero De Bachillerato, el de modalidad científica concretamente, ya
que me gustaría hacer algo relacionado con la biomedicina el futuro. Mi deporte favorito es el
baloncesto, y actualmente juego en el equipo de mi pueblo.
Doy catequesis en la parroquia de Sant Eugeni Papa II, junto con Irene, mi compañera; a los niños
de entre 4 y 6 años, lo que podríamos llamar"precatequesis". El motivo es poder enseñar a los
niños, desde bien pequeños a conocer a Jesús y sus enseñanzas, evidentemente explicado con
un lenguaje muy simple. El objetivo es, aparte de que le cojan gusto a ir a misa cada semana, que
los niños entiendan el significado básico de lo que se celebra, para que así, cuando crezcan y
expandan su visión entiendan la base de lo que Jesus nos enseña en las Escrituras.
Soy catequista en esta parroquia porque ha sido a la que hemos ido mis padres y yo desde que
era pequeño. Tomé la comunión y la confirmación aquí, tenemos muy buena relación con
MOSSEN Nino y me siento muy cómodo.
Intentamos que sean clases amenas en las que los niños vayan dibujando mientras les
explicamos lo que toque en esa semana, así que normalmente se lo pasan muy bien
Sinceramente no creo que entiendan el Evangelio en su profundidad ni todo lo que les
expliquemos porque son muy pequeños y les cuesta mantener la atención durante mucho tiempo,
aunque las cosas esenciales, Jesús, María, los apóstoles... seguramente si las entiendan por ser
muy simples y repetidas casi cada fin de semana.
Creo que el problema de la escasez de niños viene de los padres. Es evidente que un niño de 7 u
8 años no irá por voluntad propia a la Iglesia, y por lo tanto mucho del trabajo debe ser realizado
en casa.
Por suerte, los niños a los que damos catequesis nunca han protestado por venir (creo que se lo
pasan bastante bien), pero en caso de que eso pasase intentaría calmarlo y sobretodo, hablar con
sus padres, que al final son quien se encargan de ellos.
Supongo que si, mis padres me han educado en la fe, y por lo tanto son la causa de que ahora
pueda extenderla a otras personas.
Creer en Dios es creer que hay un Dios trino sobrenatural todopoderoso, que consideramos causa
primera, con el que mantenemos una relación espiritual y del que seguimos sus mandamientos,
consejos y enseñanzas; confiando en llegar a la vida eterna después de la muerte.
La fe es la misma en el sentido de que creemos en el mismo Dios, pero la importancia que tenía
en la época de mis padres, abuelos... no tiene nada que ver con la que tiene ahora, es muchísima
menor respecto a la influencia en la vida social y personal de las personas. Creer en Dios esta
menospreciado por una gran parte de la sociedad hoy en día.
Es más feliz espiritualmente, es decir, tiene respuesta a muchas preguntas existenciales que se
hace el ser humano. Y a nivel de la vida en sociedad esa alegría se puede transmitir con el
mensaje del Evangelio, y convertir a la gente que tenemos alrededor. La felicidad que transmite el
Cristianismo es uno de los motivos por los cuales es una de las religiones con más feligreses en el
mundo, y por los cuales la hizo fructificar en países subdesarrollados, en los ye faltaba felicidad y
esperanza.